Litha

Otro de los Sabbats mayores de la Rueda Celta es la celebración del Solsticio de verano, Litha. Esta se realiza entre el 21 y el 24 de Junio.
En esta celebración la Luz que comenzó a crecer en el Solsticio de invierno, de nuevo el Astro Rey, nuestro Sol renació y comenzaron a ganar los días a las noches, la Luz a la Oscuridad.


Llega a su máximo explendor en el Solsticio de verano, en el Hemisferio norte del Planeta.
Lo que siempre celebraron los pueblos que estaban unidos a la Naturaleza, que seguían los ritmos naturales marcados por el calendario astrológico y que la religión católica fue apropiándose, transformándola, en este caso, a la Festividad de San Juan.
No olvidemos que Juan, el primo de Jesús, va en avanzadilla, preparando el camino para la venida del Maestro, del Cristo.
En el Bautizo en las aguas del Jordán, Juan prepara al iniciado, limpiando y purificando para lograr la realización.
En el campo, se celebra la vida, la energía del Sol en su máximo esplendor, gracias al cual hay vida en el Planeta.
Vivifica las cosechas, los animales, la Naturaleza.
Así es como hemos de prepararnos para recibir la energía de Litha.

En estos días limpiar y purificarnos, nuestros cuerpos mediante una depuración, una dieta rica en las ricas frutas y verduras propias de la estación.
En nuestras casas limpiar cajones, armarios, liberar de energía estancada con los objetos que ya no usamos o no nos gustan, dejar ir a nuestro antiguo YO para renacer purificado y lleno de energía, nacer a nuevos proyectos renovados y llenos de la energía del Sol.
Tradicionalmente la noche de San Juan es propicia para recoger las hierbas curativas del campo. La más conocida como la hierba de San Juan, el Hipérico, con grandes propiedades para la piel.

Recoger un ramito de plantas, como el romero, la lavanda, laurel, verbena… y atar con un lazo rojo con la intención de proteger nuestros hogares de energías de baja frecuencia. Después lo colgaremos encima de la puerta de la entrada durante todo el año.
Al hacer el ritual la noche de San Juan, primero nos bañaremos o daremos una ducha con Sal para purificarnos de energías estancadas. Luego podemos aplicarnos unas gotas de aceites esenciales en nuestros chakras para nutrir el cuerpo etérico y favorecer la entrada de energías de Luz.

Prepararemos nuestro altar, en el que estén presentes los cuatro elementos, aire representado en el incienso, tierra en la sal, fuego en la vela y agua en un recipiente.
Podemos poner también una representación de los Reinos, el animal, con una pluma, por ejemplo, el mineral con un cristal o cuarzo, el vegetal con flores o plantas y el humano, que somos nosotros.
Los elementales, los Ángeles, nuestros Guías… y aquello que sea representativo para nosotros, dejar llevarnos por el corazón es la mejor manera de preparar nuestro Altar.

Después, previa meditación, haremos un repaso de nuestras vidas, para tomar conciencia de todo aquello que deseamos dejar ya atrás, pues ya cumplieron su misión y desde el agradeciemiento, las escribiremos en un papel.

En otro papel pondremos aquello que queremos concretar en la materia, crear en nuestras vidas, sintiendo que ya lo tenemos conseguido.
A las doce de la noche, encenderemos un pequeño fuego, puede ser en un recipiente de metal y tomando todas las precauciones oportunas para evitar accidentes, echaremos al fuego, primero lo que ya no necesitamos en nuestras vidas y después lo que queremos crear.
Podemos hacer una danza, girando en sentido contrario a las agujas del reloj, cuando echamos al fuego lo que ya no queremos y después en sentido de las agujas del reloj cuando ponemos lo que queremos atraer.
Después podemos celebrar con música, con danzas, con alegría la renovación y la creación, abriéndonos a la Luz y a la energía del Sol, trayendo la alegría a nuestras vidas. La carta representativa del Tarot es la 19, podemos también meditar con ella.
Comer frutas de color rojo, como las frambuesas, las cerezas, la sandía, el tomate…
Y sobre todo ¡CELEBRAR LA VIDA!

¡Feliz Litha!